Esa sensación de hundimiento. Te acaban de diagnosticar diabetes gestacional (DMG) y tu primer pensamiento puede ser: «¿He comido mal? ¿No he hecho suficiente ejercicio? ¿He provocado de algún modo la diabetes gestacional?». Es increíblemente frecuente que las mujeres se sientan culpables, se echen la culpa o se pregunten si podrían haberlo evitado.
Pero que quede claro: no es culpa tuya.
La diabetes gestacional es un trastorno médico complejo en el que influyen diversos factores, como los cambios hormonales durante el embarazo, la genética e incluso la función de tu placenta. Estos factores están fuera de tu control.
Como dietista que ha acompañado a innumerables mujeres durante el embarazo y la diabetes gestacional, quiero insistir en que no se trata de un reflejo de tu estilo de vida ni de tus elecciones. Es un trastorno médico relacionado con los increíbles, aunque complejos, cambios que se producen en tu cuerpo durante el embarazo, y no siempre está claro qué causa la diabetes gestacional. Vamos a desentrañar esto juntos y a trabajar para reducir la vergüenza y la culpa que a menudo se asocian a un diagnóstico de diabetes gestacional.
Diabetes gestacional: ¿Qué ocurre?
Durante el embarazo, tu cuerpo experimenta cambios asombrosos para ayudar al crecimiento de tu bebé. Uno de estos cambios afecta a las hormonas que ayudan a tu bebé a desarrollarse. Sin embargo, a veces estas hormonas pueden dificultar que tu cuerpo utilice un tipo especial de azúcar llamado glucosa para obtener energía. Esto se llama resistencia a la insulina, y es una parte normal del embarazo para muchas mujeres.
Piénsalo así: tu cuerpo necesita más energía para manteneros a ti y a tu bebé. La insulina es como una llave que ayuda a tu cuerpo a desbloquear y utilizar esa energía (glucosa). En algunas mujeres, el cuerpo puede no producir suficiente cantidad de esta «llave» durante el embarazo, lo que puede elevar los niveles de azúcar en sangre, una enfermedad llamada diabetes gestacional.
Por favor, no te culpes
Lo he visto una y otra vez: mujeres que se preocupan mucho por su salud, que comen bien y hacen ejercicio con regularidad, siguen desarrollando DMG. Es un testimonio de la complejidad del embarazo. Es natural sentir una oleada de emociones cuando te diagnostican DMG: miedo, culpa, incluso vergüenza. He trabajado con muchas mujeres que me han contado que sentían que habían fallado a su bebé o a ellas mismas. Permíteme tranquilizarte: eso no podría estar más lejos de la verdad.
Sí, hay factores como la edad y los antecedentes familiares que pueden aumentar el riesgo, pero la verdad es que la DMG puede afectar a cualquiera. Incluso las mujeres con cero factores de riesgo pueden desarrollarla. El embarazo es un viaje individual, lleno de giros inesperados, y a veces esto simplemente ocurre.
La vergüenza o la culpabilidad que sienten muchas mujeres a menudo proviene de la idea errónea de que la salud es únicamente responsabilidad personal. Nos bombardean con mensajes que equiparan estar sano con ser bueno y estar enfermo con el fracaso. Pero la salud no requiere perfección. Es un proceso de adaptación, de respuesta y de hacer lo mejor que puedas con el cuerpo que tienes.
Recuerda, ¡no estás solo!
Si te sientes aislada en esta experiencia, debes saber que no eres la única que pasa por ello. Según los CDC, la diabetes gestacional afecta al 5-9% de los embarazos en EE.UU. cada año. Esto significa que millones de mujeres se enfrentan a preguntas, preocupaciones y temores similares.
Compartir tus experiencias con otras personas puede ser increíblemente fortalecedor. Considera la posibilidad de unirte a un grupo de apoyo para mujeres embarazadas con DMG o de buscar un terapeuta especializado en salud perinatal. A veces, el simple hecho de oír «yo también» de otra mujer puede suponer una gran diferencia.
Qué hacer ante un diagnóstico de DMG
Céntrate en la acción y no en la culpa
Aunque la DMG no fue tu elección, puedes tomar medidas para controlarla eficazmente. Piensa en estas acciones como herramientas para apoyar tu salud y el desarrollo de tu bebé, no como castigos.
- Controla tu glucemia: Un control regular te ayuda a comprender cómo responde tu cuerpo a distintos alimentos y actividades.
- Nutre tu cuerpo: Céntrate en comidas equilibradas con una mezcla de proteínas, grasas saludables y carbohidratos complejos. Piensa en ello como si alimentaras tu asombroso cuerpo para este increíble viaje.
- Mantente activa: El ejercicio suave, como caminar o el yoga prenatal, puede mejorar la sensibilidad a la insulina y ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre.
- Construye tu sistema de apoyo: Apóyate en tu equipo sanitario: tu médico, tu dietista y cualquier otro especialista que participe en tu cuidado.
Prioriza tu bienestar más allá del azúcar en sangre
El embarazo ya es una época de emociones intensas, y un diagnóstico de DMG puede añadir otra capa de estrés.
- Practica la autocompasión: Trátate con la misma amabilidad y comprensión que ofrecerías a un amigo. Céntrate en los pasos que estás dando, no en lo que «deberías» haber hecho.
- Reduce el estrés: Explora técnicas para reducir el estrés, como la atención plena, la respiración profunda o pasar tiempo en la naturaleza.
- Construye una red de apoyo: Rodéate de seres queridos que te ofrezcan ánimo y comprensión.
Encuentra apoyo en Diabetes Digital
En Diabetes Digital estamos especializados en apoyar a las mujeres con diabetes gestacional. Nuestro equipo de dietistas titulados ofrece orientación personalizada, consejos prácticos y un espacio libre de juicios para ayudarte a afrontar la DMG con confianza. Entendemos que este viaje puede ser abrumador, y estamos aquí para apoyarte en cada paso del camino.
Recuerda: La diabetes gestacional no es culpa tuya, y no tienes que pasar por ella sola. Estamos aquí para ayudarte a dar prioridad a tu salud y bienestar, paso a paso.
Cláusula de exención de responsabilidad: Esta entrada del blog sólo tiene fines informativos y no debe considerarse un consejo médico. Por favor, consulta con tu médico médico para cualquier problema de salud o antes de hacer cambios importantes en tu dieta o estilo de vida.
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